Otoplastia en niños: la cirugía que corrige las orejas prominentes - Cliniem PEDIR CITA
otoplastia cirugía orejas Madrid Cliniem

Otoplastia en niños: la cirugía que corrige las orejas prominentes

La otoplastia, también conocida como cirugía de las orejas, es uno de los procedimientos más comunes en cirugía plástica infantil. Aunque muchas personas la asocian con un tratamiento estético, lo cierto es que va mucho más allá de la apariencia: en los niños puede tener un impacto significativo en su autoestima, su desarrollo social y su bienestar emocional.

En este artículo exploraremos en qué consiste la otoplastia, cuándo está indicada en la infancia, cómo es el procedimiento quirúrgico, qué esperar del postoperatorio y si se trata de una cirugía dolorosa.

¿Qué es la otoplastia?

La otoplastia es un procedimiento quirúrgico que busca corregir alteraciones en la forma, posición o tamaño de las orejas. La causa más frecuente por la que los padres consultan es la oreja prominente (también llamada “orejas en asa” o “de soplillo”), una malformación congénita que se produce porque el cartílago de la oreja no se pliega correctamente o porque hay un exceso de cartílago que empuja la oreja hacia afuera.

Esta característica no afecta la audición ni la función del oído, pero puede generar un fuerte componente emocional. Niños y niñas con orejas prominentes suelen ser objeto de burlas o apodos en la escuela, lo que en ocasiones repercute en su seguridad y confianza desde edades muy tempranas.

¿Cuándo está indicada la otoplastia en niños?

A diferencia de otras cirugías plásticas, la otoplastia sí puede realizarse en edades tempranas. Los especialistas recomiendan que el procedimiento se haga a partir de los 5 o 6 años, cuando:

  1. La oreja ha completado casi todo su desarrollo: a esa edad, el crecimiento del pabellón auricular está en un 85-90%, lo que permite hacer correcciones estables sin riesgo de afectar el crecimiento posterior.
  2. El niño empieza la etapa escolar: es justamente en la primaria cuando se intensifica la convivencia social y, con ello, la posibilidad de bromas o burlas por la apariencia.
  3. Existen repercusiones psicológicas o emocionales: padres y pediatras suelen notar cambios en la conducta, como retraimiento, baja autoestima o rechazo a peinados que dejen las orejas descubiertas.

En resumen, la otoplastia en niños está indicada no por un problema funcional del oído, sino por la importancia de prevenir el impacto psicológico negativo.

¿Cómo es el procedimiento quirúrgico?

La cirugía de otoplastia es relativamente sencilla y suele realizarse en ambiente ambulatorio (es decir, el niño puede regresar a casa el mismo día).

  1. Anestesia: en la infancia, se prefiere la anestesia general, para que el paciente esté tranquilo y sin recuerdos desagradables. En adolescentes o adultos, también puede hacerse con anestesia local y sedación.
  2. Incisión: el cirujano realiza una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja, en el pliegue natural, de modo que la cicatriz queda prácticamente oculta.
  3. Moldeado del cartílago: se utilizan puntos de sutura permanentes para dar forma al cartílago y recrear los pliegues que deberían estar presentes. En algunos casos, también se reseca el exceso de cartílago.
  4. Cierre y vendaje: se sutura la piel y se coloca un vendaje especial o una banda elástica alrededor de la cabeza, que ayuda a mantener las orejas en su nueva posición y protege el área en los primeros días.

La cirugía de orejas suele durar entre 1 y 2 horas, dependiendo de la complejidad y de si se intervienen una o ambas orejas.

Recuperación: ¿qué esperar después de la otoplastia?

El postoperatorio de la otoplastia en niños es, en general, bastante llevadero. Los puntos más relevantes son:

  • Dolor y molestias: suelen ser leves y se controlan fácilmente con analgésicos comunes. La mayoría de los niños describen una sensación de presión más que de dolor intenso.
  • Inflamación y moretones: aparecen en los primeros días, pero disminuyen progresivamente.
  • Uso de la banda elástica: el niño deberá llevar una banda tipo deportiva (similar a una vincha ancha) durante 2 a 4 semanas, especialmente por las noches, para evitar movimientos involuntarios al dormir que puedan dañar la cirugía.
  • Actividad física: se recomienda evitar juegos bruscos o deportes de contacto durante al menos un mes.
  • Retorno al colegio: muchos niños pueden volver a clase en una semana, siempre que se sientan cómodos y sigan usando la banda de protección.

El resultado de la otoplastia es visible de inmediato, aunque la forma definitiva se aprecia una vez que baja la inflamación, aproximadamente a las 4-6 semanas.

¿Es una cirugía dolorosa?

Una de las preguntas más frecuentes de los padres es si la otoplastia duele. La respuesta tranquiliza a muchos: no es una cirugía considerada dolorosa.

Durante el procedimiento, el niño está completamente dormido por la anestesia. Después, la mayoría experimenta solo una molestia moderada, fácilmente manejable con medicamentos. De hecho, comparada con el postoperatorio de otras intervenciones quirúrgicas, la otoplastia tiene una recuperación muy cómoda y rápida.

Beneficios más allá de lo estético

Si bien el objetivo principal de la otoplastia es corregir la apariencia de las orejas, los beneficios van mucho más allá de lo físico. Padres y especialistas coinciden en que los cambios más significativos tras la otoplastia en niños son:

  • Mayor seguridad y confianza en sí mismos.
  • Reducción del riesgo de burlas o bullying escolar.
  • Mejora en la interacción social.
  • Disposición a llevar peinados o cortes de cabello que antes evitaban.

En muchos casos, el impacto psicológico positivo es tan grande que los niños cambian su actitud general frente al entorno.

La otoplastia en niños es una cirugía segura, de bajo riesgo y con resultados muy satisfactorios tanto para los pequeños pacientes como para sus familias. Lo más importante es que se realice en el momento adecuado, cuando el pabellón auricular esté casi completamente desarrollado y antes de que las inseguridades dejen huella emocional.

Con una recuperación rápida y mínimas molestias, esta intervención para corregir las orejas se convierte en una herramienta valiosa para favorecer no solo la estética, sino también la autoestima y la calidad de vida de los niños.

Si estás considerando esta opción para tu hijo o hija, lo más recomendable es consultar con un Cirujano Plástico especializado en otoplastia infantil, quien podrá orientar de manera personalizada y resolver todas tus dudas.

Confía en la Unidad de Cirugía Plástica y Estética de Cliniem. Cirujanos Plásticos con una gran experiencia médica, te darán la mejor solución a tus necesidades. Pide tu cita de valoración en Cliniem.