La feminización facial estética ha ganado popularidad en los últimos años como una rama especializada de la cirugía plástica, diseñada para suavizar los rasgos faciales y alinearlos con los cánones tradicionalmente femeninos. Este tipo de procedimientos es elegido por personas que desean resaltar una estética más delicada y femenina en su rostro. Pero ¿cuáles son los procedimientos quirúrgicos más comunes de feminización facial y cómo funcionan? Te lo explicamos en este artículo.
¿Qué es la feminización facial?
La feminización facial es un conjunto de intervenciones quirúrgicas que buscan modificar los rasgos considerados típicamente masculinos —como una mandíbula prominente o una frente marcada— y transformarlos en características faciales más suaves y redondeadas, asociadas socialmente con lo femenino. Estas cirugías no solo tienen un impacto estético, sino también emocional, ya que pueden contribuir significativamente al bienestar y la autoestima.
Según la Doctora Celia Sánchez, Cirujana Maxilofacial y Médico Estético de Cliniem, «existe una amplia variedad de procedimientos quirúrgicos destinados a feminizar los rasgos faciales». A continuación, y siguiendo un orden de arriba a abajo de la cara, os indicamos algunos de ellos.
Principales procedimientos quirúrgicos de feminización
1. Frontoplastia – Reducción de la frente y contorno de la línea capilar
En ciertas ocasiones, los pacientes tienen una frente más alta y prominente. Para feminizarla, se realiza una reducción del hueso frontal (contorneado de la frente) y, si es necesario, se baja la línea de nacimiento del cabello. Esto da un aspecto más redondeado y juvenil. La Doctora Celia Sánchez, Cirujana Maxilofacial de Cliniem nos explica en qué consiste la frontoplastia. «Con la remodelación de la frente conseguimos mejorar y eliminar la angulación que ciertas pacientes tienen en esa zona así como a abrir la mirada y elevar las cejas«.
2. Lifting de cejas
Los hombres suelen tener cejas más bajas y rectas. Con un lifting de cejas se elevan y se les da una curva más arqueada, logrando una expresión más abierta y femenina.
3. Rinoplastia (cirugía de nariz)
La rinoplastia es uno de los procedimientos más comunes en feminización facial. La nariz femenina tiende a ser más pequeña, estrecha y con un puente más fino. El objetivo es refinar la forma de la nariz para que armonice con el resto del rostro. «La rinoplastia nos permite estrechar la pirámide nasal o elevar la punta, aquello que consideremos que le venga mejor a nuestra paciente», indica la Doctora de Cliniem, Celia Sánchez.
4. Prótesis de pómulos
Los pómulos altos y definidos son un signo clásico de feminidad. A través de implantes o transferencia de grasa, se pueden resaltar los pómulos para aportar volumen y suavidad al rostro. Existen otras técnicas de aumento de volumen en pómulos con ácido hialurónico, aunque no están indicadas en casos en los que se requiera una gran proyección.
5. Contorno mandibular y mentoplastia
Una mandíbula ancha o angular puede suavizarse mediante reducción mandibular, y el mentón se puede remodelar para hacerlo más estrecho y puntiagudo, características más asociadas a los rostros femeninos. Con el procedimientos de remodelación de toda la mandíbula, podemos realizar un estrechamiento, afinamiento, retracción o proyección del mentón en función de las necesidades de la paciente» puntualiza la Cirujana Maxilofacial de Cliniem, la Doctora Celia Sánchez.
6. Reducción de la nuez de Adán (condroplastia traqueal)
Este procedimiento elimina o reduce la prominencia del cartílago tiroideo, la «nuez», un rasgo comúnmente masculino.
¿Qué resultados se pueden esperar?
Los resultados varían según las características individuales y el número de procedimientos realizados. Aunque algunas personas optan por una transformación integral, otras eligen tratar zonas específicas. El objetivo final siempre es lograr un rostro equilibrado, con rasgos femeninos naturales y proporcionados.
¿Quién puede someterse a esta cirugía?
Cualquier persona que desee suavizar sus rasgos faciales puede considerar la feminización facial, siempre que esté en buen estado de salud y tenga expectativas realistas. Es fundamental una evaluación exhaustiva con un Cirujano Plástico especializado, que pueda diseñar un plan quirúrgico personalizado.
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