Tumores benignos y cáncer de piel

El cáncer de piel puede verse muy diferente a como pensabas.

No siempre un cáncer de piel va a comenzar como un lunar oscuro, sino que muchas veces puedes notar:

• Una herida que no cicatriza
• Una mancha rosada que se descama o que sangra
• Un supuesto “eczema” que no mejora con cremas
• Un pequeño abultamiento brillante o perlado que crece lentamente

Estas señales suelen ser silenciosas, pero importantes.

La detección temprana salva vidas: un diagnóstico a tiempo permite tratamientos menos invasivos y mayores tasas de curación.

Con controles dermatológicos regulares y una consulta rápida ante cualquier cambio, puedes proteger tu piel y tu salud.

No minimices lo que ves, no ignores lo que sientes. En CLINIEM estamos para acompañarte en cada paso.

CONTROL DE LUNARES

Tu piel te da señales que merecen ser escuchadas.

Controlar lunares no es sólo una cuestión estética, es cuidar tu salud.

Cambios en el tamaño, en el color o en la forma pueden ocurrir en forma silenciosa, y en algunos casos, dichos cambios pueden ser significativos. Otras veces, hay síntomas que no debemos dejar pasar por alto: picor persistente, dolor, sangrado, formación de costras, cambios en la textura.

El cáncer de piel, incluido el melanoma, puede comenzar como un pequeño cambio en un lunar ya existente o por la aparición de una nueva lesión. Detectarlo en etapas iniciales marca la diferencia: cuanto antes se identifica, mayores son las posibilidades de éxito en su tratamiento.

Un control dermatológico regular con dermatoscopia permite un análisis detallado, preciso y seguro que nos permite detectar a tiempo alteraciones importantes y actuar de manera preventiva.

No esperes a notar cambios visibles: realizar controles periódicos es la mejor forma de prevenir.